jueves, 19 de diciembre de 2013

San Antonio de Padua

21. Responsear. Oración de san Antonio.
q


quebradeiro.
Lugar que se abre o cierra para que el agua de la presa pase a la finca que queremos regar.

queixelo.
Quijada, mandíbula.

quilma.
Costal de tela gruesa.

quincalleiro.
Persona que vende quincalla (conjunto de cosas de poco valor, especialmente de metal).


r


rabizo.
Pieza curva de madera situada en la parte posterior del arado, por donde se agarra para dirigirlo.

racha.
Astilla.

rachar.
Rajar.

ralvar.
Levantar el barbecho.

ramallo.
Rama de roble, chopo u otros que se corta y se deja secar para que sirva de alimento a cabras, ovejas y conejos durante el invierno.

rancho.
Cerdo de cría.

rañar.
Pastar.

rapar.
Cortar hierbas con la batedera a ras del suelo sin arrancarlas.

rapeña.
Se decía de la hierba baja (poco crecida) por falta de lluvia.

raposa.
Zorra.

rastrega.
Rastrera, a ras del suelo.

rauga de lume.
Hoguera.

rayada del sol.
Salir el sol, los primeros rayos.

realenga.
Piedra dura de río, canto rodado.

rebilitar.
En gallego rebilicar. Poner adornos de colores en una prenda de vestir. Tenía una chaqueta toda rebilitada.

rebolo.
Roble.

rebrincar.
Saltar alocadamente.

rebulir.
Empezar a moverse, despertarse.

rebusco
Recoger el fruto que queda en los campos, después de alzadas las cosechas.

rechavo.
Ángulo que forma un terreo que entra en el  interior de otro.

refaldrada.
Parte baja de un árbol. Sacude la refaldrada del castaño mientras yo subo y sacudo la parte  de arriba.

refol.
Aparejo de pesca que consiste en un aro con una red en forma de saco.

refucir.
Remangar.

regoxo.
Trozo de pan.

relustrar.
Relampaguear.

relustro.
Relámpago.

remexer.
Remover.

renguilete.
Rápido, ligero.

renque.
Cercano al suelo. Siega renque.

responsear.
Rezo a San Antonio cuando se extravía un animal o una cosa.

reya.
Reja.

rexelo.
Cabeza de ganado.




San Antonio de Padua

(Nace en Lisboa, hacia 1195 y muere en Arcella, junto a Padua, 1231). Santo franciscano de origen portugués, sacerdote y doctor de la Iglesia. Su nombre de nacimiento era Fernando de Bulloes y Taveira de Acevedo; era hijo primogénito de Martín de Alfonso, caballero portugués descendiente de nobles franceses (los Bouillon), y de María Taveira.
No hay ninguna explicación satisfactoria sobre el motivo por el que se le invoca para encontrar los objetos o animales perdidos, pero es muy posible que esa devoción esté relacionada con un suceso que se relata en los milagros obrados por el santo, (Chronica  XXIV Generalium, Nº 21): Un novicio huyó del convento y se llevó un valioso salterio que utilizaba San Antonio; el santo oró para que fuese recuperado su libro y, al instante, el novicio se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar al convento y devolver el libro.
Mediante la oración siguiente se adivinaba si los resultados de la petición que hacías a San Antonio iban a ser positivos o negativos y así, si al rezar la oración no te confundías en nada obtendrías lo pedido, en cambio si te confundías una o varias veces, la petición hecha no se iba a cumplir. Había determinadas personas que se sabían la oración y los vecinos solicitaban que la rezasen cuando lo necesitaban.

Oración de San Antonio

Si buscas milagros, mira:
Muerte y error desterrados,
Miseria y demonios huidos,
Leprosos y enfermos sanos.

El mar sosiega su ira,
Redímense encarcelados,
Miembros y bienes perdidos
Recobran mozos y ancianos.

El peligro se retira,
Los pobres van remediados;
Cuéntenlo los socorridos,
Díganlo los paduanos.

El mar sosiega su ira,
Redímense encarcelados,
Miembros y bienes perdidos
Recobran mozos y ancianos.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo.

El mar sosiega su ira,
Redímense encarcelados,
Miembros y bienes perdidos
Recobran mozos y ancianos.

Ruega a Cristo por nosotros, Antonio divino y santo, para que dignos así de sus promesas seamos.

Señor oye mi oración
Pues a ti suplico y llamo
Y mi oración a ti llegue
Donde halle favor y amparo.

Soberano eterno Dios la suplica votiva de San Antonio tu confesor alegre tu Yglesia para que siempre sea favorecida con auxilios espirituales  y merezca gozar de los prometimientos de nuestro redentor Jesucristo. Amén Jesús.


El texto que trascribo a continuación lo he encontrado en EL ECO DEL BIERZO publicado por Toni Delgado el 21 de octubre de 2013. 
No hace muchos años que todavía existían en las poblaciones del área de Ancares, El Caurel y el Cebrero unos personajes, típicos “santones”, que poseían poderes de adivinación respecto a la cabaña ganadera y otros utensilios y pertenencias de las casas. Eran denominados “responsadores“. Su sabiduría era hermética, cuasi sacrosanta. Y es que, de lo poco que se ha logrado conocer, su relación transcendente la mantenían con San Antonio.
El ritual incluía rezos y meditaciones al objeto de alcanzar el don de la videncia. Por ejemplo, una manada de lobos atacaba a un rebaño e interesaba localizar a un buey. La especie de “santos espirituales” recibían el encargo de dar con él y, con una enorme discreción, comunicaban al solicitante la solución o previsión.
En conclusión, quizá por su ubicación geográfica o aislamiento o tal vez producto de la ignorancia, algo especial y creíble hay en la devoción a San Antonio: la constatación del paradero o situación física de una llave olvidada o la predicción de la curación de “cerdos de ceba” son realidades que estaban en las creencias de nuestra gente hasta no hace mucho tiempo.

Copia manuscrita de la oración de San Antonio.















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