18. Majada o mayada
m
machao –do.
Instrumento para cortar leña, con la hoja de corte grande y con el mango
largo.
macheta.
Lo mismo que el machao pero con hoja más pequeña, mango corto y cota.
magarota.
Suele emplearse en la frase “pagar la magarora”, cuando alguien tiene
que responsabilizarse de algo que no le corresponde o no en toda su totalidad.
mahón.
Tela fuerte y fresca de algodón sobre todo de color azul.
maira.
Cesta con asa.
majada o mayada.
Lugar o paraje que sirve de aprisco a los animales y de albergue a los
pastores en una cabaña. En la sierra y en verano.
mamóm.
Brote estéril de la parte inferior de la vid o de otros árboles que es
necesario recortar para que no consuma savia.
mallar.
Operación por la que se separa el grano de la paja.
mallo.
Instrumento compuesto de dos palos enlazados con tiras de cuero. Se usa
para golpear y “majar” los cereales. El que golpea se llama pértigo y por donde
se agarra muñeca.
maniega.
Cesta.
maniotas.
Agujetas.
mañiza o maniza.
Haz de paja o hierba.
marco.
Piedra clavada en el
suelo que señala los límites de una finca.
marimba.
Paliza. Conjunto de golpes dados a una persona o animal.
masera.
Arca con patas y tapadera para
hacer la masa del pan.
mastuerzo.
Hombre necio y porfiado.
meda.
Conjunto de haces de mies o paja, o de hierba, dispuestos en forma de
cono.
mella.
Rotura o hendidura en el filo de un arma o herramienta, por un golpe o
por otra causa.
mesto.
Espeso.
meter para el coleto.
Comer o beber
mexón.
Órgano genital del cerdo.
mideiro.
Morena de paja o de hierba seca en forma de cono, que se hace en la era
de tal forma que no se moje con las lluvias.
milpendora.
Pájaro de la familia de los oriólidos (Oriolus oriolus), de color
amarillo, con alas e rabo negros, pecho rosado y ojos verdes, el macho, y de
color verdoso en las partes superiores, pardo en las alas y en el rabo y
blanquecino con rallas pardas en las inferiores, la hembra.
mión
Pieza central de la rueda del carro a la
que van unidas las cambas y que tiene en el centro el hueco donde se
ajusta o eje.
miuca
Lombriz de tierra.
mocho.
Que no corta.
mollo.
Haz de cereales.
morena.
Montón de mieses apiladas en el rastrojo o en la era.
morillo.
Armazón de hierro formado por una barra horizontal y
dos verticales, que se coloca en las cocinas bajas para apoyar la leña y hacer
el fuego.
mormeira.
Catarro nasal.
mormiallo.
Estar de mormiallo, quire decir hacer algo poco útil, perder el tiempo
en ello.
morrada.
Guantada, bofetada.
morrillada.
Conjunto de morrillos.
morrillazo.
Golpe dado con un morrillo.
morrillo.
Piedra alisada y redondeada a fuerza de rodar impulsada por las aguas.
morriñoso.
Triste, enclenque, debilucho.
moscar.
Salir el ganado corriendo por las picaduras de las moscas o tábanos.
moucho.
Mochuelo.
mouco.
Animal sin cuernos.
mullida.
Pieza que se pone sobre la cabeza de las vacas o bueyes para poner
encima el yugo.
mullir.
Extender paja limpia en la cuadra de los animales.
muradal.
Conjunto de zarzas que ocupan un espacio grande e impiden el paso.
muricego.
Murciélago.
murga.
Dar la murga es molestar de varias formas.
muruxa.
Planta anual (Stellaria media), de hojas pequeñas ovaladas y flores
blancas, propia de terrenos húmedos y abonados.
muxena.
Pavesa.
muxir.
Ordeñar.
La majada
La majada es el lugar
en medio de la montaña que
sirve como recogimiento del pastor y de su ganado por las noches durante las épocas del pastoreo. En nuestros pueblos y durante el verano las vacas se
subían a la sierra al cuidado de dos vaqueros o vaqueiros, estos recibían a
cambio un estipendio, primero en especies (en cuartales de trigo) por cada vaca
que habías enviado a la sierra y posteriormente en dinero. Se buscaba un lugar
llano y despejado en el que cupiera todo el ganado, cercano a los pastos y al
agua. Generalmente se usaba el de años anteriores.
Los pastores tenían un tipo de choza o
chabola en la que cocinaban y dormían, el techo era de escoba o piorno, las
paredes de piedras, unos agujeros en las paredes simulaban ventanas y una
puerta. En ocasiones el techo era de pizarras o lastras si las había cerca.
Chabola de vaqueros
Había dos fechas que marcan el inicio y
el fin de de la estancia del ganado en
la sierra: San Miguel de Mayo (día 8) y San Miguel de septiembre (día
29). En el último periodo de esta práctica este tiempo se vio bastante reducido.
Vacas en la sierra
En la cercana Asturias esta práctica era
un poco diferente ya que los vaqueiros de alzada, como allí se llamaban, se movían
con toda la familia y enseres y tenían dos asentamientos uno para el verano y
otro para el invierno. Es posible que en nuestros pueblos también ocurriera
esto e incluso que alguno de ellos fuera en sus orígenes asentamiento vaquero
de verano, dada su situación en la sierra.
De los vaqueiros astures dice Gaspar Melchor de Jovellanos en su carta a Antonio Ponz
fechada en 1793.
“Vaqueiros de
alzada llaman aquí a los moradores de ciertos pueblos fundados sobre las
montañas bajas y marítimas de este Principado, en los concejos que están a su
ocaso, cerca del confín de Galicia. Llamánse vaqueiros porque viven comúnmente
de la cría de ganado vacuno; y de alzada, por que su asiento no es fijo, sino
que alzan su morada y residencia, y emigran anualmente con sus familias y
ganados a las montañas altas.”
“Las poblaciones que habitan, si acaso
merecen este nombre, no se distinguen con el titulo de villa, aldea, lugar, feligresía,
ni cosa semejante, sino con del de braña, cuya denominación peculiar a ellas
significa una pequeña población habilitada y cultivada por estos vaqueiros.”
“Las braña solían estar situadas en
lugares altos y empinados, con grandes desniveles, y así aprovechar los
terrenos llanos de pasto para el ganado y secundariamente para la agricultura.
Esto marcaría la forma de vida de los vaqueiros.”
También las casas de nuestros pueblos están
construidas en lugares altos y empinados, (en Castro la Debesa, El Penedo, El
Foyo, Outeyro) y así se dejaban los terrenos llanos para pasto y agricultura.
Así mismo la actual Baña podía haber
sido una braña y venir su nombre de este origen.
Así mismo describe Jovellanos algunas supersticiones
de los vaqueiros de alzada:
Existen supersticiones como la de la Noche de San Juan, que
se hacia una hoguera de helecho, laurel, hinojo, sándalo y excrementos de cerdo
para ahumar al ganado y a los niños con el fin de prevenir males. (Este rito ya
lo practicaban los celtas), el mal de ojo, que solo era causado por personas de
otra braña, el mal del filo (cuando un niño se ponía enfermo, se llamaba a la
curandera y con hilo se media primero al niño a lo alto, y luego a lo ancho con
los brazos extendidos, si el niño media lo mismo no poseía el mal del filo,
pero si por el contrario la medida no era la misma, se cortaba el hilo en nueve
trozos, luego se echaban al fuego todos menos uno, que era colocado en la
muñeca del niño, para ser quemado días después).
¿Por qué será que no me resultan
extrañas? En nuestra tierra estas supersticiones u otras parecidas persistieron
mucho tiempo. Y así para que se te fueran las verrugas había tres soluciones:
Primera:
En un horno encendido se tiraba un puñado de sal a la vez que se decía:
Verrugas traigo
verrugas tengo
las tiro en el horno
y escapo corriendo
Segunda:
Se clava una cuera de tocino con una punta de hierro en un árbol y no se vuelve por allí hasta que no se seque
la corteza de tocino.
Tercera:
En una escoba se hacen siete nudos con sus ramas y en siete días se te caen las
verrugas.
Ahora por nuestras sierras las pizarreras
campan a sus anchas sin que el Gobierno, ni el de ahora ni el de antes ni el de
más allá, hiciera nada por salvar el paisaje.
Destrozos causados por las canteras
En Casaio hacía tiempo que la escombrera
de losa de una de estas empresas iba creciendo en la cima y amenazaba con
desplomarse sobre el poblado minero de Valborraz, levantado por los belgas (y
acaparado en la II Guerra por los nazis), sobre uno de los filones de wolframio
más grandes de Europa. Todo el mundo lo sabía, pero nadie le puso remedio, y así
se cumplió el presagio. Por el cauce del caborco de Valborraz, el arroyo que
cruza el poblado, se precipitó una lengua inmensa de limo y rachóns de pizarra,
empujada por las fuertes lluvias y la nieve. Se llevó por delante media docena
de casas del conjunto minero.
Las casa antes del desprendimiento
Después del mismo
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