carpín.
Calcetín de lana confeccionado a mano tejiendo con cuatro agujas.
Este carpín está roto.
capilliza.
Estructura de cuero que en los mallos unía la moca con el pértigo.
Esta capilliza se ha roto.
carozo.
Cada una de las diferentes partes más o menos duras de frutas.
Ponía a secar los carozos de los
pimientos para obtener grana.
carpaza.
Arbusto de la familia de las cistáceas de asta 1 m de altura, hojas
ovaladas y flores con pétalos de color
blanco con base amarilla o anaranjada.
En aquel prado solo había carpazas.
carpazal.
Terreo poblado de carpazas.
Esto se ha convertido en un carpazal.
carqueixa.
Arbusto silvestre de la familia de las leguminosas (Chamaespartium
tridentatum).
Trajo un carro de carqueixas para
enroxar el horno.
carracha.
Garrapata.
El perro tiene una carracha en la
horeja.
carranca.
Collar ancho de cuero con púas de hierro que se les pone a los perros
para defenderlos de las mordeduras de otros perros o del lobo.
Los perros pastores suelen llevar
carrancas.
carranchetas.
Levar a alguien a la espalda sujetándolo por las piernas con las manos.
Siempre lleva a su hija a
carranchetas.
carreiro.
Camino estrecho que se hace al andar por él, que solo sirve para pasar a
pie.
Paso todos los días por este
carreiro para tardar menos.
carrelo.
Se dice así de la espalda de las personas.
Levaba un saco al carrelo.
carril.
Acequia, acueducto. Presa por las que los romanos llevaban agua a Las
Médulas.
Desde lejos aun se ven las marcas de
los carriles en la montaña.
carrillo.
Agrupamiento de los manojos de cereales para que no se mojaran. Cada
carrillo eran cinco manojos.
Esta tierra ha dado cien carrillos
de trigo.
carriza.
Pájaro da familia de los sílvidos, (Cisticola juncidis), muy pequeño y
que hace el nido en forma de saco con un pequeño agujero.
La carriza es un pájaro pequeñísimo.
carruna.
En todo el Bierzo, senda o camino carretil.
Por esta carruna pasan todos los
carros que van al monte por leña.
cascabullo.
Restos de cáscaras de frutos secos.
Tira esos cascabullos a la lumbre.
cascalla.
En albañilería piedras pequeñas y restos de cemento con que se rellena
el interior de las paredes.
Tada essa cascalla la metemos en el
medio de la pared.
castizo.
Cerdo semental al que se llevaban las cochas para ser fecundadas. Lo
había solo en algunas casas y era frecuente que le trajeran hembras incluso de
otros pueblos cercanos. Como pago le traían un pienso de castañas o cebada.
Llevaba la cocha al castizo atada
con una cuerda.
caxota.
Cachava.
Me regaló una caxota que había hecho
con una rama de lodio.
cazanueco.
Persona huraña y poco lista.
cebrisca.
Lluvia con fuertes ráfagas de viento, nieve o aguanieve.
cebriscar.
Llover con fuertes ráfagas de viento.
Dar revoque a una pared dejándola sin alisar.
cedo.
Temprano, antes de lo acostumbrado.
Marchar tarde y volver cedo.
cembo.
Cada uno de los caballones que hay a los bordes de un río, arroyo, canal
o acequia, así como los de los senderos y caminos.
ceprinar.
Tirar algo con fuerza.
El albañil ceprinaba el cemento
contra la pared.
ceramalleira.
Cadena que cuelga de una viga o elemento similar situado en el alto da la cocina, con un gancho en la parte
inferior para sujetar el pote sobre la
lumbre.
cernadeira.
Debajo de la boca de los hornos, lugar donde se deposita la ceniza.
cerralleiro.
También hojalatero, persona que con estaño repara útiles de cocina o
tapa botes por ejemplo de chorizos.
cerras.
Cortinillas que penden de la mullida delante de los ojos de las vacas
para impedir que le molesten las moscas.
chafalleiro.
Persona desordenada y que realiza trabajos defectuosos.
Ten cuidado con ese que es un
chafalleiro.
chambarizo.
Lugar cubierto con paja o/y ramas generalmente estrecho y angosto donde
se guardaba leña u otros, a veces se usa para meter el carro.
HA VENIDO EL CERRALLEIRO
El cerralleiro (hojalatero) era un
artesano hábil, que hacía enseres de uso doméstico a partir de láminas de
hojalata. La hojalata era un material formado por una delgada lámina de acero
recubierta por una fina capa de estaño para que no se oxidara. Se empleó para
la fabricación de aquellos objetos necesarios en la vida cotidiana de entonces
antes de llegar los plásticos, se hacían baldes para lavar los cacharros y la
ropa, calderos para transportar agua, embudos, faroles y recipientes varios de todas las
medidas para contener agua, vino, leche, aceite, petróleo,...
Generalmente llevaban estos enseres ya
fabricados y los ponían a la venta pero para lo que eran más solicitados era
reparar los utensilios que se habían estropeado, ya fuera porque se había
dañado la capa de protección o porque se habían agujereado.
Allí donde era requerido
improvisaba su taller. Con mirada experta analizaba concienzudamente el
cacharro a reparar; pongamos por caso una olla de porcelana con una picadura
en el borde del fondo.
Lo primero que hacía era
sanear la parte picada, para lo que se valía de una lima basta hasta dejar
lustroso y brillante los bordes del agujero; luego, de un tarrito que llevaba
adosado a uno de los lados de la caja, sacaba un rudimentario pincelillo
impregnado en ácido clorhídrico, previamente rebajado diluyendo en él
trocitos de chapa de cinc, y con el cual humedecía la parte saneada. Después
cogía uno de los soldadores del fuego, limaba suavemente el filo del cobre
por ambos lados y le daba una pasada por la pez rubia contenida en la
tapadera invertida de una caja de crema para zapatos. Con el soldador limpio
y casi al rojo vivo en una mano y la barrita de estaño en la otra, los
acercaba a la parte averiada del cacharro derritiendo sobre ella unos
goterones de estaño que iba extendiendo cuidadosamente con el soldador hasta
cubrir el agujero; si éste era muy grande recortaba con las tijeras un trocito
de hojalata que soldaba en el mismo a modo de remiendo.
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