martes, 22 de enero de 2013

El arangaño


alpabarda.
Del gallego. Animal fantástico con que se engaña a un incauto. Inocente, parado.
¡Estate ahí de alpabarda!

alquitara.
Aparejo de cobre para hacer aguardiente, consta de tres piezas: base, caperuza y cabezuela.
Hay un señor en Priaranza que hace alquitaras.

amalingrar.
Del fr. malingre, enfermizo. Infectarse una herida.
Las heridas hay que desinfectarlas bien para que no se amalingren.

amergullar.
Del gallego mergullar, meterse debajo del agua. Lo hacían para pescar, sobre todo truchas, que localizaban debajo de piedras o agujeros.
Cada vez que amergullaba sacaba una trucha.

amerodos.
Fresas silvestres de pequeño tamaño y muy sabrosas.
Cogí todos estos amerodos en el cembo de la presa de Valdimouro.

amorrugarse.
Enfadarse.
Vaya, ya se amorrugó.

amouchar.
Golpear el carnero con la cabeza contra otro carnero o contra una persona.
Había dos carneros amouchandose.

andolla.
Del gallego androlla, Embutido hecho con intestino grueso del cerdo y las cueras una vez sazonadas y adobadas.
A mí me gustan las andollas cocidas y frías cortadas en rodajas finas.

angarilla.
Armazón para transportar cosas en una caballería que tenía forma de W.
Traía dos fejes de galleiros en las angarillas, así que no podía montarse en el burro.

anoxar.
Provocar que los pájaros que están incubando abandonen el nido por tocarlo o acercarse mucho a él.
No toques tanto, que anoxan.

apapoulas.
Amapolas.
En esta tierra hay más apapoulas que trigo.

apicar.
            Quitar hierbas cavando la tierra.
Hay que apicar estos pimientos que están comidos por la hierba.

arándonos.
Planta de la familia de las Ericáceas, de dos a cinco decímetros de altura, con ramas angulosas, hojas alternas, aovadas y aserradas, flores solitarias, axilares, de color blanco verdoso o rosado, y por frutos bayas negruzcas o azuladas, dulces y comestibles. Fruto de esta planta. Era famoso el aguardiente con arándanos.
Los arándanos se daban en las sierras, a una determinada altura. Cogían muchos en las sierras de Sigueya y Silván.

arangaño.
Acción mágica que provoca algún acontecimiento o ciertos efectos en una persona o animal, por lo general negativos. Cuando un niño no se desarrollaba bien se decía que tenía el arangaño y para que se curara había que llevarlo a Pardullán el día de la fiesta y que pasara por debajo del Santo Tomás durante la procesión.
Este niño parece que tuviera el Arangaño.


Recojo este texto de Alicia Blanco de Pardollán (yo siempre había escuchado Pardullán). En él describe perfectamente el arangaño y su curación según la creencia popular.
 

“   EL ARANGAÑIN    (Por Alicia Blanco)

Con este nombre todas las personas de Pardollán sabemos que nos estamos refiriendo a una pequeña imagen de  Santo Tomás de unos cuarenta centímetros que esta protegido en una  caja de madera, que se encuentra en la Iglesia nueva.
Ciñéndonos al nombre  “real” hablaríamos del Santo del “Arangaño”; “Arangañin” es el nombre “cariñoso”, la “denominación” afectiva con la que las personas del pueblo hablan de esta imagen.
La historia que las gentes del pueblo cuentan es que este Santo curaba a los niños pequeños del “arangaño”, “enfermedad” que no saben definir con precisión pero que dicen que la padecían niños que no querían comer, que se quedaban muy delgados y con un  aspecto enfermizo y raquítico.

El ritual

La tradición cuenta que el niño tiene que venir acompañado por dos personas, una que le trae, y la otra persona que le llevará en brazos una vez finalizado el “rito”.
Las personas que le acompañan, junto con el niño tienen que hacer nueve “novenas” u oraciones alrededor de la iglesia. Cada vez que se completa una vuelta pasan por delante del Santo y el niño tiene que besar la imagen, si el niño no lo hace lo harán sus familiares por él.
Finalizadas las nueve vueltas la familia le retiraba la ropa que el niño vestía durante la ceremonia y le ponían otra,  dejando como ofrenda al Santo  la ropa que le quitaban, que se dejaba depositada dentro del templo.
Nuestros vecinos consideran al Santo del “Arangaño” muy milagroso, y de vez en cuando, y a lo largo de los años han visitado el pueblo familias y personas  que vienen a ver la pequeña imagen y relatan la historia de curación de algún hijo, de algún hermano o familiar e incluso que cuentan como a él mismo le trajeron a que le curara el “Santo”.






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