d
deda.
Dedos del pie.
Se hizo daño en las dedas.
dejar zorras.
En la arada dejar pequeñas partes sin cubrir con la tierra que se
voltea.
Dejó la tierra llena de zorras.
delingarse.
Columpiarse.
Se delingaba colgado de la rama de
un manzano.
desempenar.
Quitar salientes y bultos, dejar liso.
Hay que desempenar esas tablas.
diaño o diantre.
Demonio.
dieces.
Comida que se realiza entre el desayuno y la comida del mediodía.
Ya es hora, vamos a tomar las
dieces.
dispois.
Despues.
Dispois vamos a cavar a viña.
donceleira.
Pieza de madera de moral, que se coloca en las cubas y por donde sale el
vino. Se tapa con la espita.
La cuba perdía vino por la
donceleira.
donicela.
Comadreja. Pequeño mamífero carnicero de la familia de los mustélidos
(Mustela nivalis), de patas cortas, cuerpo alargado e pelo pardo en el lomo e
blanco en el pecho y en el vientre, que
se alimenta de ratones, topos, etc.
e
eixe.
Eje.
embabecar.
Engatusar, embaucar.
embazado.
Con el vientre hinchado, muy lleno.
embelga.
Bancal o era de siembra que se riega de una vez. Pedazo de tierra que se
siembra con una sola especie. Tenía una embelga de pimientos y dos de tomates.
embostar.
Cubrir la era con una capa de bosta, ceniza y agua, (que una vez
mezclado se extendía con unas ramas de higuera), para que el grano no se mezcle
con la tierra y se pierda.
emburriar.
Empujar violentamente.
empapizar.
Cuando se queda la comida en la boca.
empicar
Izar, levantar.
encetar.
Empezar a cortar o gastar de una cosa que está entera.
enchispar.
Provocar un estado de euforia próximo a la embriaguez. Poner casi ebria a una persona.
encordar.
Tocar a muerto.
Están encordando y no se quien se ha
muerto.
enfariñar.
Manchar con harina. Se hacía en carnaval "los chicos se metían un
puñado de harina en el bolsillo y enfariñaban a las mozas que se
encontraban".
enfarna.
Cereal molido para añadir a la comida de los cerdos.
Le daba a los cerdos dos caldeiradas
con mucha enfarna.
engabiñido.
Dejar rígido o insensible [el cuerpo o algún miembro]. El frío de la
mañana le dejaba las manos engabiñidas.
LOS MOLINOS DE CASTRO
Los molinos eran pequeñas industrias
que había en todos los pueblos que tenían agua. Su misión principal era moler
todo tipo de cereales.
En los molinos era habitual ver atados
en las paredes varios burros que procedían de los pueblos cercanos ya que, por
no disponer de agua, no tenían molinos.
En la Edad Media, hacia el final de
esta, comenzaron a construirse molinos y ferrerías que utilizaban para su
funcionamiento la fuerza del agua. Los molinos eran comunales o al menos de
varias personas y se usaban de forma compartida, cobrándose la maquila a los
que no tenían parte en el molino.
Se remontan nuestros
molinos al menos al siglo XVI, ya que existen dos documentos citados en “La Casa de Outeyro o
Los ancestros del Relojero José Rodríguez de Losada”, relacionados con sendos
molinos, y que reproducimos aquí.
Nueve de diciembre de 1.562
“Sepan quantos esta carta de venta vieren como yo Luis de
Yebra, vecino del lugar de Pombriego, que estoi presente otorgo e conozco por
esta presente carta que vendo e doi en
venta real por juro de geredad perpetuamente para siempre jamás a vos
Catalina de Losada, vecina del lugar de Robledo que estáis presente y a García
de Losada vuestro fiyo presente, vecino
del dicho lugar, a ambos por iguales partes tanto al uno como al otro y para
vuestros fiyos y erederos y sucesores presentes y por venir. Conviene saber que
vos vendo la tercera parte de un molino que esta donde dicen el Rial término de
Santo Alexandre , que parte con la más germandad según me pertenece por María
de Muelas mi muger con más la sexta parte de la guerta del Valle cerca de la
casa, digo a la puerta de Álvaro de Yebra, que determina con la demás germandad
y de dicho molino la parte del, vos lo vendo moliente y corriente con su
parte…”
Escribano: Juan Álvarez Fresco
Once de noviembre de 1.574.
“ Sepan quantos esta carta de venta vieren
como yo Pedro Fernández ……… a vos Catalina de Losada, muger que quedasteis de
Juan Álvarez, vecina que sois deste lugar de Robledo para vos mesma y para
vuestros fiyos y gerederos y sucesores y para quien vos quisieres e por
bien tuvieres la parte e quiñón de un
molino según como me cabe e pertenece e me cupo por parte de María Álvarez, mi
muger difunta que aya gloria, que está en el lugar de Castro, Abaxo del Lugar,
que determina e parte con los germanos de la María mi muger, con gerederos de
Aldonza Álvarez, el qual vos vendo con
alto y baxo del muelar y rodezno y canal y fierros y todo lo demás que en el
dicho molino me pertenece con sus entradas legales e salidas usos e costumbres
e servidumbres quanto a las que debe y le pertenecen sin fuero ni censo ni
tributo alguno y para pagar muchas deudas que ezimos yo y la dicha mi mujer y
vos relievo de la prueba de ello y por precio y quantía de trece reales de
plata que motan e suman quatrocientos y quarenta y dos maravedíes de buena
moneda usual e corriente al tiempo de la escritura de los quales me doy e
otorgo de vos por bien pago y contentada la mi voluntad por quanto los recibí
de vos e pasaron de vuestra parte y poder al mío realmente y así doy fe de sin
quedar de vos cosa que me dar ni a mi por recibir y a mayor abundamiento
renuncio la ley del dolo y del mal engaño e de la non numerata pecunia, ley de
fueros e derechos que sobre este caso hablen e desde hoy e por aquesta
carta que es real e por ella me aparto
del apodero del juro, tenencia, posesión e propiedad e señorío que yo tengo al
dicho quiñón de molino e lo cedo e traspongo a vos y en vos la dicha Catalina
de Losada y en vuestro fiyos y gerederos e sucesores… en el lugar de Borrenes a
once días del mes de noviembre de mil quinientos e sesenta e quatro ante mi el
escribano Miguel Álvarez que firmo…”
Escribano:
Miguel Álvarez
Realmente el primer documento no es de Castro sino de Santo
Alexandre, pueblo desaparecido y que se situaba equidistante entre
Santalavilla, Llamas y El Monasterio de Montes.
A continuación mostramos parte del mapa realizado en 1786 por el
geógrafo D. Tomás López, en el se puede ver donde estaba situado Santo
Alexandro.
El la actualidad existen tres molinos en nuestro término, bueno
los restos de tres molinos. Uno esta en San Ildefonso y era propiedad de gente
de Robledo, otro en la Mola y por último
La Fábrica. Este nombre se debe a que además de molino y cernedora era una
central hidroeléctrica desde el año 1929. Por su localización, podía tratarse
del descrito en el segundo documento “que está en el lugar de Castro, Abaxo del Lugar”.
Así mismo por los documentos anteriores observamos que los
molinos en nuestra zona son muy antiguos ya que se remontan al siglo XVI y que
en esas fechas era signo de importante desarrollo. Es probable que los primeros
molinos aparecieran impulsados por el Monasterio de Montes al que
perteneció por ejemplo la ferrería de
Pombriego.
Si se molía para los animales, obteniéndose la enfarna, valía cualquier molino, ya que sólo era necesario molturar las semillas de centeno, cebada o maíz y el producto obtenido era utilizado para enriquecer otros alimentos.
Cuando lo que se molía era trigo o centeno, en algunos pueblos, y se
iba a usar para hacer pan era necesario cernir la molienda y separar la harina
del salvado. Era una labor muy pesada, que realizaban las mujeres con una
pineira de malla muy fina, así solamente dejaba pasar la harina quedando el
salvado en esta. Se hacia dentro de la
maseira, el cedazo o pineira se cogía con ambas manos y con movimientos
laterales se conseguía que cayera la harina. Posteriormente hubo molinos
especiales llamados fábricas, que ya disponían de cernedora y separaban harina
y salvado. Había uno en Pombriego, otro
en las Vegas y por supuesto otro en Castro. A este en los años cincuenta-sesenta
iba a moler tanta gente, que a veces tenían que esperar varias horas o incluso
al día siguiente. A Castro venían también las gentes de Yeres y Robledo.
Molino con cernedora.
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